Maravillada. La sincronía de la mentira. Y dejamos que el silencio, las palabras en tropel y la mala recepción telefónica cooperen con el fraude, mientras la consciencia calla nerviosa y el reflejo nuestro en una vitrina nos haga temblar ante la actuación de un extraño experto en fingir cuando hace minutos era menos que un novato.
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